Si me tocara el bote del Euro-millon…..

Ayer José Carlos y yo compramos un euro-millon, el de todas las semanas, el que siempre lleva los mismos números, que elegimos una tarde de aburrimiento, al que le pusimos fechas señaladas por si algún día el bombo de los números le da por acordarse de el primer día que nos conocimos o aquel día que fuimos por primera vez juntos a cenar, el mismo boleto que cuando llega el día miramos con tantas ganas por si nos ha tocado algún piquito para salir de esta mierda en la que estamos todos, a la que llamamos «crisis» (estoy harta de esa maldita palabra) que por cierto hay de bote 52 millones de euros, madre mía que de dinero¡¡ que haría yo con tantísimos billetes? creo que primero me daría un jamacuco y después contribuiría a los sueños de la gente que quiero, Y también ayudaría a algunos que no conozco pero que necesitan comer para soñar.

Después iría a por el mio: Es decir; cerraría a cal y canto una tasquita de buen vino, y brindaría con toda la gente que quiero, acto seguido me haría con cosas que siempre he querido tener o hacer, o aprender, como apuntarme a algún curso de cocina, o aprender a hacer dulces y pan…

O ir siempre en taxi a todos sitios cual protagonista de Sexo en New York para que vayas donde vayas te dejen en la mismísima puerta y así ahorrarte pateos y poder llevar tacones a todas horas ( tacones, sanos, elegantes y discretos) 

Darle caña al estilo propio y no tanto «lo que nos marcan las cadenas». Buscar más allá, marcas nuevas, pequeñas, con encanto. Ahí van algunos estilos que me han encantado y tomo como inspiración, mientras tanto, recuerdo una frase de Diana Vreeland que decía algo así «demasiado buen gusto aburre»

o montarme un despacho de esos de revista…. ( que me gusta la decoración por dios) 

Y viajar…. y a partir de ahí disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como acostarte sabiendo que no tendrás que madrugar mas, estrenar algo nuevo siempre que te apetezca, estar un día entero en pijama tirado en el sofá sin preocupaciones, un masaje, un baño de espuma, una botella de buen vino, encontrar un chollo y comprarlo sin pensar que mañana lo mismo no tienes para gasolina, horas de café hablando de todo y de nada, una mañana entera leyendo una cadena de e-mails de tus amigas donde se debate una chorrada, tomar el sol en diciembre, irte en un mes de frío a una casita de campo con chimenea y olvidarte de que el reloj existe o cantar en el coche a pleno pulmón sin la preocupación de que llegas tarde, pero sobre todo reír, reír sin preocupaciones, reír hasta que ya no emites sonidos y solo golpeas las cosas, reír y que cuando termines de reír tu única preocupación sea que te apetece cenar esa noche….